martes, 23 de junio de 2020

Susurros.



Déjame decirte bajito, casi en un susurro, lo que me produce tu existencia. Una y mil veces quiero decirte que te amo, en medio del silencio cuando las luces se apagan y los besos llegan.
Por diez segundos quiero abrazarte fuerte, darte ese abrazo de koala tan característico en mí, que funde mi corazón con el tuyo...
Yo no quiero darte un simple abrazo.
Quiero juntar tu alma con la mía.
Me quiero perder en el mundo, dentro de una habitación contigo. Tocar el cielo con las manos, admirarte, oírte, desearte, encontrar en tus ojos marrones el resplandor del universo.
Te amo, lo digo de manera casi imperceptible, no quiero que los demás lo escuchen, ni mucho menos que cuestionen mis sentimientos. En ese estado en el que mi corazón es protegido por tu pecho, hasta que deje de latir, caigo en un lugar imposible de describir.
El amor que siento por ti va más allá de esta vida, o tal vez de la siguiente, incluso de todas las vidas pasadas que hemos tenido y se mantiene ahí, susurrando en sueños.
Recordándote a cada instante, no puedo parar, no puedo no sentir.
Te amo, voy a decirlo una vez más con pequeñas lágrimas escapando de mis ojos, te amo más que a cualquier cosa en el mundo. Aunque e vaya y vuelva de la Luna, el sentimiento seguirá ahí.
Tal vez la vida para mí se pare en un instante, en aquella noche donde nos dimos nuestro primer beso o en la que abiertamente nos reconocimos como el amor de nuestras vidas. Decido juntar todos estos tesoros incalculables y guardarlos en lo más profundo de mi alma, dejando eternamente el corazón en tus manos.

Quiero darte besos en todos los lunares hasta dormirme.