lunes, 26 de diciembre de 2016

Sus palabras están llenas de falsedad o de arte.


No es justo que tú puedas besarme cuando quieras porque sabes que siempre quiero. No es justo que para ti un beso sea un beso y para mí lo sea todo.
No es justo porque yo te dedico todo de mí, te dedico mis mañanas, mis horas en el baño arreglando mi imagen mientras te pienso y pienso qué pensaras de mí. Te dedico mis miradas perdidas. Enredándome internamente. Te dedico cada segundo de cada llanto interno que tengo cuando te veo siendo feliz sin percatarte que estoy en pie, a metros de ti. Te dedico mis agonías en las noches. La melancolía al verte sonreír. La desesperación de no verte cerca y no saber dónde te encuentras. El paro de mi corazón cuando cruzamos miradas. La incertidumbre que siento al ver tus ojos marrones perdidos en alguna parte de ti. La felicidad de cuando me haces un comentario sea del tema que sea. La voluntad de ayudarte en lo que sea sin que me lo pidas... aunque nunca me pidas nada. Te dedico mi persona, mis problemas, mis alegrías.
Te dedico todo y no lo sabes siquiera.

Y ojalá todo esto causara los mismos efectos que tú causas en mí.

1 comentario: