Tiene ojitos de los que prometen.
Contigo. Pase lo que pase.
Haces que quiera ponerme el cinturón de seguridad.
Eres muy bueno y no hablo de la bondad en tus maneras de ser o bueno en tu veteranía en el amor o bueno en el carácter o tu ternura natural o la sagacidad con la que piensas.
Eres bueno en tu manera de existir porque sabes aliviar a los enfermos con una honesta sonrisa y sabes revivir a los desamparados con tu sola presencia.
Hay una magia en ti que nadie ha podido comprender pero que los mantiene asombrados.
Eres muy bueno como para ser verdad.
Ahora ya sé por qué la Luna te sigue a casa.
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