viernes, 27 de abril de 2018

Perdón que no pueda olvidarte.


Esta espera inenarrable, esta tensión de todo el ser, este viejo hábito de esperar a quien sé que no va a venir. De esto moriré, de espera oxidada, de polvo aguardador. Y cuando lleve un gran tiempo muerta, sé que mis huesos aún estarán erguidos, esperando...

Te juro que te quiero, te he querido y te querré más que a nadie, pero ya no voy a intentarlo más.
Hoy te vi nuevamente por la Ciudad, por poco me acerco a hablarte. Pero recordé tus palabras de la última conversación que tuvimos...

Antes estuve a tu lado, siempre lo hacía sin esperar nada, o quizá esperando que me notaras,
pero el corazón sólo ve lo que quiere ver, y tú sólo querías ver a alguien más.

Dime...

Si supieras cuánto te he esperado.
Si supieras cuántas noches te he llorado.
Si supieras lo que mi corazón siente al verte.
Si supieras cuánto amor puedo ofrecerte.
Si supieras todo lo que he escrito para ti.
Si supieras que sólo quiero hacerte feliz.

Dime... si lo supieras... ¿te enamorarías de mí, como yo lo estoy de ti?

jueves, 26 de abril de 2018

Te quise en cada color.


Tengo miedo.
Nunca había amado a alguien de esta manera.
Y ahora tengo que dejarte ir.
Es tan doloroso como sacarse una espina que ha estado incrustada en el cuerpo.
Ya uno está tan acostumbrado a tenerla ahí que ni duele, pero sacarla luego de tanto tiempo es un proceso extremadamente doloroso.
Y siento que te tengo que arrancar de mí.
Y es extremadamente doloroso...

miércoles, 18 de abril de 2018

Y tú... ¿en qué clase de monstruo te conviertes cuando dejan de amarte?



Y ahora que te confeseé mis sentimientos...
Mi alma está más tranquila,
mi corazón ya aceptó su realidad,
pero mis manos aún te siguen escribiendo.

¿Por qué?

Por la razón del tiempo,
por esas horas que iluminabas mis días,
mis madrugadas,
mientras mis manos escribían sobre tu hermosa sonrisa.

Pero ahora que lo sabes...

¿Me permitirás seguir escribiéndote poesía?

sábado, 7 de abril de 2018

Querido K...







Lo entendí desde el primer día en que no recibí ese mensaje que me enviabas todas las mañanas.
Para mí era imposible creer lo que por mi mente en realidad estaba pasando,
porque no quería aceptar la posibilidad de que te estabas alejando.
No dejaba de pensar en la idea de que no me amabas tanto como yo a ti.
Me ilusioné, no sé con qué, pero lo hice.

A los días siguientes, que seguían pasando como si nada para ti,
yo me iba dando cuenta de lo engañada que estaba al pensar que lo nuestro era algo importante para ti. Es más, llegué a la conclusión que para ti soy sólo una opción.
Cuando, para mí, eras mi prioridad.

Y por más que intenté negar esa idea en mí cabeza, con el paso de los días se hacia más evidente.
Estaba enamorada de ti y de eso no había duda, pero no sabía muy bien el por qué, quizás lograste despertar cosas en mí que yo pensaba que ya no existían. "Me devolviste las ganas de volver a querer".

Aunque sólo fuimos una ilusión.
Porque lamentablemente el amor no viene con instrucciones y mucho menos con advertencias.
Existe una infinidad de fracasos, como también la verdadera posibilidad de ser feliz, de estar pensando todo el día en ti con una sonrisa en el rostro, y eso es lo que a mí me sucedía y creo que por eso me afectó tanto.

No te miento, me dolió mucho, pero ¿cómo te decía que quería ser tu prioridad?...
Era como obligarte a que te interesaras un poquito más en mí, o que me dedicaras más tiempo, o que me quisieras como yo a ti. La verdad, no quería mendigar tu amor, ya que tú sabías lo que sentía por ti y aún así no lo supiste valorar.

Realmente pensé en la idea de un futuro juntos. Pero no.
Mejor ya no.

Te amaba, ¿sabes?... 
Te amaba tan maldita y sinceramente.
Y ni siquiera te importó.