viernes, 27 de abril de 2018

Perdón que no pueda olvidarte.


Esta espera inenarrable, esta tensión de todo el ser, este viejo hábito de esperar a quien sé que no va a venir. De esto moriré, de espera oxidada, de polvo aguardador. Y cuando lleve un gran tiempo muerta, sé que mis huesos aún estarán erguidos, esperando...

Te juro que te quiero, te he querido y te querré más que a nadie, pero ya no voy a intentarlo más.
Hoy te vi nuevamente por la Ciudad, por poco me acerco a hablarte. Pero recordé tus palabras de la última conversación que tuvimos...

Antes estuve a tu lado, siempre lo hacía sin esperar nada, o quizá esperando que me notaras,
pero el corazón sólo ve lo que quiere ver, y tú sólo querías ver a alguien más.

Dime...

Si supieras cuánto te he esperado.
Si supieras cuántas noches te he llorado.
Si supieras lo que mi corazón siente al verte.
Si supieras cuánto amor puedo ofrecerte.
Si supieras todo lo que he escrito para ti.
Si supieras que sólo quiero hacerte feliz.

Dime... si lo supieras... ¿te enamorarías de mí, como yo lo estoy de ti?

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