High hopes.

Pequeña L.

No soy cursi,

pero escribo poesía,

disfrazada de versos tristes

que se mueren de agonía.

Un conjunto de características

perfectamente imperfectas,

comenzando con mi rostro

y terminando en mi silueta.

He intentado describirme,

sin embargo, he fallado,

empezaré por decirte,

que me has dejado anonadada.

No encuentro las palabras precisas,

para hablar sobre ti,

pero no quiero hacerlo,

por todo lo que me haces sentir.

Amo el cielo,

sin importar cómo esté,

me quedo a observarle,

aunque aveces llueve en él.

Amo los amaneceres,

el inicio de un nuevo día,

empezar nuevas cosas,

no llorar por tonterías.

Amo el Otoño,

y todo lo que en él concierne,

el caer de las hojas,

y la brisa que en mi rostro

se impregna.

Odio el calor,

no soporto que el sudor

en mi piel esté,

amo el frío,

porque describe mi manera de ser.

Me encanta estar sola,

pero me asusta la soledad,

sentirme vacía,

y no tener a alguien más.

Pesadillas.

Ayer soñé contigo, no creo que signifique algo pero fue muy extraño porque hace mucho que no pensaba en ti, te saqué completamente de mi vida... de mis pensamientos y sin embargo, de alguna manera... te escabulliste dentro de mi mente.

Cuando desperté comencé a llorar, las lágrimas brotaron de mis ojos como si jamás te hubiera llorado en el pasado, realmente no entendía nada.

Desde ayer me he sentido vacía, pero no quiero que eso que me falta... seas tú.

La luz o la oscuridad.

Es una temporada de nostalgias finales.

Por el espacio moviéndose entre las nubes.

¿Qué hace brillar la luz al llover?

Los días de verano se los llevan las sombras, y mis sentimientos que flotan todavía están aquí.

Y el dolor que queda, algún día desaparecerá.

Ya no tienes porqué perderte más.

Si puedo acercarme al cielo un poco más que ayer... sonreiré aunque sea un poco.

Viajando con el viento, este corazón continuará libre por siempre.

Bajo el mismo cielo, podremos estar en contacto.

Estos sentimientos siempre se extenderán por la luz.

Porque quiero abaratarlo todo.

El cielo que anhelas está en mis días de verano.

Parecía que todo iba a desmoronarse cada vez que nos tocábamos.

Y no pude hacer nada.

La respuesta llegó después de que nos hicimos daño, no pensaba en ti como alguien especial.

Pensamientos fugaces, ese sufrimiento, abracé todo para detenerlo...

Porque pude encontrar la bondad.

Incluso si llegas a cambiarte el nombre, la razón para poder verte no cambiará...

con un vínculo en la oscuridad.

Los corazones siempre se van a romper y en cualquier momento te pueden lastimar el alma,

sólo es cuestión de saber elegir con quién valdrá la pena todo ese dolor.

I miss your voice.

No te voy a mentir y decir que todo va a estar bien.

La verdad es que nada va a estar bien.

Somos el silencio que queda de haber dedicado tantas canciones.

Ven. Ya rompí la máquina de hacer planes.

Somos lo que queda después de intentarlo y fallar.

Tranquilo corazón, yo quiero cuidarte.

Mil veces querer vernos,

mil veces sin poder hacerlo.

Por miedo a fallarnos.

Nos amamos desde lejos...

Tú eres música, cierto. Por eso te amo.

Hoy fui a un lugar nuevo y

también ahí

hacías falta.

Sé que nos podemos hacer felices...

Y sólo puedo decir que tú me haces...

tú me haces ser alguien que ni siquiera habría imaginado.

Me haces feliz aún cuando piensas que no lo haces.

Prefiero estar contigo,

incluso con ese tú que a ti te parece tan poca cosa,

antes que con cualquier otra persona del mundo.

Basta. No puedo quererte más por hoy.

A mí ya me gustabas desde antes de encontrarte.

Yo siempre pediré por ti, aunque ya estés bien...

Quiero estar contigo para tomarte un montón de fotos

sin que te des cuenta.

Compartirte mi música preferida

que nadie conoce.

Desvelarnos hablando aunque al día siguiente

me tenga que levantar temprano.

Querernos bonito...

A... mis amigos dicen que no vales la pena,

pero, ¿por qué habría de hacerles caso? Si su vida amorosa no es mejor que la mía.

¿Que si vales la pena?

Creo yo que con "valer la pena",

te quedas corto, mi amor.

Tú vales cada esfuerzo,

cada intento,

cada lucha,

cada obstáculo.

Tú vales cada sueño,

insomnio y desvelo.

Tú vales todas las ganas,

deseo y anhelo.

Tú vales toda la espera.

Vales más de lo que soy capaz de expresar,

porque me ayudaste cuando K me rompió el corazón,

no sólo me apoyaste, realmente...

me escuchaste.

Una vez me dijiste que amabas...

yo por miedo no te correspondí esa vez.

Pero sí, ya te amaba, y te amo, te sigo amando y...

Te amaré.

Perdón que no pueda olvidarte.

Esta espera inenarrable, esta tensión de todo el ser, este viejo hábito de esperar a quien sé que no va a venir. De esto moriré, de espera oxidada, de polvo aguardador. Y cuando lleve un gran tiempo muerta, sé que mis huesos aún estarán erguidos, esperando...

Te juro que te quiero, te he querido y te querré más que a nadie, pero ya no voy a intentarlo más.

Hoy te vi nuevamente por la Ciudad, por poco me acerco a hablarte. Pero recordé tus palabras de la última conversación que tuvimos...

Antes estuve a tu lado, siempre lo hacía sin esperar nada, o quizá esperando que me notaras,

pero el corazón sólo ve lo que quiere ver, y tú sólo querías ver a alguien más.

Dime...

Si supieras cuánto te he esperado.

Si supieras cuántas noches te he llorado.

Si supieras lo que mi corazón siente al verte.

Si supieras cuánto amor puedo ofrecerte.

Si supieras todo lo que he escrito para ti.

Si supieras que sólo quiero hacerte feliz.

Dime... si lo supieras... ¿te enamorarías de mí, como yo lo estoy de ti?

Te quise en cada color.

Tengo miedo.

Nunca había amado a alguien de esta manera.

Y ahora tengo que dejarte ir.

Es tan doloroso como sacarse una espina que ha estado incrustada en el cuerpo.

Ya uno está tan acostumbrado a tenerla ahí que ni duele, pero sacarla luego de tanto tiempo es un proceso extremadamente doloroso.

Y siento que te tengo que arrancar de mí.

Y es extremadamente doloroso...

Y tú... ¿en qué clase de monstruo te conviertes cuando dejan de amarte?

Y ahora que te confeseé mis sentimientos...

Mi alma está más tranquila,

mi corazón ya aceptó su realidad,

pero mis manos aún te siguen escribiendo.

¿Por qué?

Por la razón del tiempo,

por esas horas que iluminabas mis días,

mis madrugadas,

mientras mis manos escribían sobre tu hermosa sonrisa.

Pero ahora que lo sabes...

¿Me permitirás seguir escribiéndote poesía?

Querido K...

Lo entendí desde el primer día en que no recibí ese mensaje que me enviabas todas las mañanas.

Para mí era imposible creer lo que por mi mente en realidad estaba pasando,

porque no quería aceptar la posibilidad de que te estabas alejando.

No dejaba de pensar en la idea de que no me amabas tanto como yo a ti.

Me ilusioné, no sé con qué, pero lo hice.

A los días siguientes, que seguían pasando como si nada para ti,

yo me iba dando cuenta de lo engañada que estaba al pensar que lo nuestro era algo importante para ti. Es más, llegué a la conclusión que para ti soy sólo una opción.

Cuando, para mí, eras mi prioridad.

Y por más que intenté negar esa idea en mí cabeza, con el paso de los días se hacia más evidente.

Estaba enamorada de ti y de eso no había duda, pero no sabía muy bien el por qué, quizás lograste despertar cosas en mí que yo pensaba que ya no existían. "Me devolviste las ganas de volver a querer".

Aunque sólo fuimos una ilusión.

Porque lamentablemente el amor no viene con instrucciones y mucho menos con advertencias.

Existe una infinidad de fracasos, como también la verdadera posibilidad de ser feliz, de estar pensando todo el día en ti con una sonrisa en el rostro, y eso es lo que a mí me sucedía y creo que por eso me afectó tanto.

No te miento, me dolió mucho, pero ¿cómo te decía que quería ser tu prioridad?...

Era como obligarte a que te interesaras un poquito más en mí, o que me dedicaras más tiempo, o que me quisieras como yo a ti. La verdad, no quería mendigar tu amor, ya que tú sabías lo que sentía por ti y aún así no lo supiste valorar.

Realmente pensé en la idea de un futuro juntos. Pero no.

Mejor ya no.

Te amaba, ¿sabes?... 

Te amaba tan maldita y sinceramente.

Y ni siquiera te importó.

Te voy a cuidar como cuido a mis colores.

Me encanta tu nombre.
Me encanta la forma en que me miras.

Me encanta tu hermosa sonrisa.

Me encanta cómo transformaas un pésimo día en uno radiante.

Llena mis huecos, por favor.

Llegué al límite y seguía sin encontrarte.

Y seguía mirando el cielo. Esperando encontrar las fuerzas para irme y entender que no ibas a regresar. Pero en el fondo sabía que éste día iba a llegar y que nada impediría lo que pasó.

Mientras yo, intentaba en no pensar y tratar de olvidar lo vivido. Fui feliz con el desconocido que todos conocen, pero con el tiempo todo empezó a desaparecer y el amor no tenía sabor. No tenía colores, incluso nada llenaba ese vacío que se fue expandiendo.

¿Y si en algún momento de la vida me vuelvo a cruzar con esos ojos marrones?... Siempre lo pienso.

Pero ya no sentiría nervios ni tampoco mariposas en el estómago. Él se encargó de matar cada centímetro de eso que alguna vez llamé 'amor'.

Te quise en todos mis momentos.

¿De dónde trajiste la soledad que transportas?

Es el amor.

Tendré que ocultarme o huir.

Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.

La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.

Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.

Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente,

ya el hombre se levanta a la voz del ave,

ya se han oscurecido los que miran por las ventanas,

pero la sombra no ha traído la paz.

Es, ya lo sé, el amor; la ansiedad y el alivio de oír tu voz,

la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.

Es el amor con sus mitologías,

con sus pequeñas magias inútiles.

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar...

Mi soledad con tu ausencia.

Tengo bloqueo literario.

Yo te veía a diario y el corazón, enfurecido, brincaba dentro de mi jaula torácica.

El cielo parecía más azul y todo era bonito, bueno y bello...

Yo te veía y mi cerebro iba a donde cursis poetas y repasaba líneas que no te diría...

Te veía y me calmaba a la vez, respiraba despacio y la bondad y felicidad cubrían mi alma...

Te veía y se borraba lo malo,

lo pasado y el dolor,

sólo eras tú frente a mí...

Me he bloqueado desde que no te veo.

Te he pensado tanto o más.

Te he soñado y a veces creo verte en cualquier extraño que deambula en la calle...

Te he imaginado... y el corazón se me arruga cual ciruela pasa.

Espero que el bloqueo salga...

Pero no quiero que salgas de aquí...

No ahora que eres lo que queda.