Soy de ahí, de tu carita triste y tus ojos inquietos. De la parte del mentón que aprietas cuando dices te quiero mirando a los ojos y de tu boca; cuando provocas.
Soy de tu abrazo, estés o no estés. De tus
pupilas, de tus mejillas.
De cada peca de tu espalda.
Soy de ahí, de donde te quedes.
De donde me quieras.
De donde me intentes.
Y si yo soy de ahí, solo queda saber,
¿de dónde eres tú?
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