sábado, 24 de junio de 2017

Maldita dulzura la mía.



Cuando lo conocí,
tenía diecisiete,
él años, yo cicatrices.

Cuando lo conocí,
tenía diecisiete,
yo primaveras, él disparos.

Cada uno tenía diferente sufrimiento...
Por eso nos necesitabamos tanto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario