jueves, 16 de junio de 2016

¡¡Otoño llega pronto!!






Tres meses admirándote inconcientemente,
tan cerca y al mismo tiempo tan lejos,
¿Cómo pude dejar pasar tanto tiempo? ¿Cómo pude no notarlo?

Aquel día era Abril, una agradable mañana, fue aquel día que lo noté.
Noté tu mirada, noté tu presencia, percibí ese nerviosismo,
puedo decir que fue "atracción a primera vista".

Comenzaron esos encuentros entre nuestras miradas, la primavera había llegado,
y con ella el deseo por saber más sobre tí.

Ese tono marrón en tu mirada, con el que logras crear altos niveles de nerviosismo en mí,
el cual me hace pasar mis manos entre mi cabello y sonreír como estúpida.
Tienes el talento de crear esa sensación en mí.

Comenzaron esos encuentros casuales,
a los que muchos llamaron casualidades.
¿Yo?, yo prefiero llamarle destino...
Ese brote repentino, de cosquillas en mi estómago, al hallarse nuestras presencias a tres metros de distancia.

Esos choques discretos,
acompañados de tus esfuerzos por crear aquellos encuentros.
Correr dos pasillos completos
para contemplar el contacto visual,
así fuesen solamente 5 segundos.

Dos extraños que coinciden en miradas, 
dos extraños destinados a conocerse.
Porque la vida les brinda la oportunidad de intercambiar sentimientos,
pero ellos...
Ellos no saben tomarlas.
Él porque ignora el hecho de que ella es lo que necesita,
necesita a esa extraña en su vida.
Ella porque tiene miedo de lastimar o ser lastimada,
por eso le escribe poemas.
Porque a pesar de que él no puede leerlos,
ella comienza a crear dentro de sí misma
la esperanza de recitarlos para él.
Ella lo quiere, pero aún no lo sabe.
Ambos saben que no llegarán a nada con esa mentalidad,
ambos esperaban que fuese el otro quien tomase la iniciativa,
ambos siguen esperándolo.

Ella se culpa; el desperdiciar oportunidades la mata por dentro,
lo que ella no sabe, es que el tiene exactamente ese mismo sentimiento.
A ella le gusta su sonrisa,
él disfruta escuchar su aguda risa, 
a él le fascina su mirada,
a ella le encanta que su presencia la ponga nerviosa y sonrojada.

Probablemente el verano los separe, 
pero ambos lo tienen claro y presente.
Dos extraños destinados a estar juntos,
separados por su miedo al rechazo;
sin saber que el sentimiento es mutuo.
Dos extraños que ignoran el echo de que el tiempo, 
a veces logra destruir sentimientos,
porque ignoran el echo de que es hora de actuar.
Un verano los separa...

¡¡Otoño llega pronto!!

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